lunes, 8 de junio de 2009

La persona es un ser social


Las personas somos seres sociales desde que nacemos, todas esas características que tenemos y que nos diferencian de personas que crecieron en un lugar distinto son características adquiridas socialmente. Al formar parte de una sociedad, los seres humanos sentimos la necesidad de cumplir con las exigencias o requisitos de dicha sociedad. Por ejemplo, la belleza es un concepto social. Alguien que se considera bello en una comunidad alejada en África, tal vez no sea considerado bello en Europa o en Latinoamérica. Está claro que todos los seres humanos estamos marcados por la sociedad donde vivimos, nuestros valores aún y cuando los adquirimos en el hogar, algunas veces los adaptamos al medio en que nos desarrollamos, es decir, la sociedad.

Existen ciencias sociales que consideran la necesidad de agruparse en sociedad igual de esencial que comer, o reproducirse; esto se ve reflejado en el hecho de que al existir un grupo de personas, ya sea un gran grupo o un grupo pequeño, siempre buscarán agruparse y organizarse, formando de esta forma una sociedad.

En películas hemos visto siempre como a personas que han estado presas o perdidas por mucho tiempo se les dificulta bastante adaptarse a la sociedad. Esto puede deberse a que los seres humanos cambiamos al mismo ritmo que cambia nuestra sociedad, avanzamos o retrocedemos junto a ella. Es por eso que cuando una sociedad pierde sus valores, las personas que conforman dicha sociedad pierden sus valores al mismo ritmo; normalmente es mucho más visible en los colegios o liceos, es decir, en los jóvenes y niños.

Es importante que tomemos conciencia de lo importante que es cuidar los valores y costumbres de nuestras sociedades, ya que en ellas nos desarrollamos y se desarrollarán nuestros hijos, nietos, etc.

domingo, 7 de junio de 2009

La pérdida de Libertad


Resulta difícil comparar algún sentimiento o actitud de pérdida de libertad con una experiencia tan impactante y tan poco deseada como la de Frankl.

Hoy en día, una gran cantidad de películas, documentales y libros cuentan de distintas formas lo que fue el Holocausto; aún con toda esa información, cada vez que encontramos un relato tan real y tan asombroso como el de Frankl, es fácil evaluar todas las libertades con las que contamos, así como valorar el hecho de pensar que la libertad es uno de los tesoros más preciados del ser humano. Esto nos separa de esas personas que fueron capaces de encerrar, torturar y hasta matar a otros sólo por tener creencias distintas, ser de un color diferente al propio o simplemente por gusto.

Todo aquel que no valore la libertad es porque nunca ha estado cerca de perderla y la considera algo normal, algo cotidiano. Personalmente creo valorar mucho la libertad actualmente, ya que vivo en un país cuyas libertades se ven atacadas constantemente sin ninguna consecuencia real más que el acostumbramiento de todos a vivir bajo un control gigante; un control que nos persigue a donde vamos o queramos ir.

Pienso que el saber o más bien temer que en un futuro no muy lejano alguien o algunos puedan controlar nuestra forma de vivir, puede ser bastante atemorizante; aunque insisto, es algo incomparable con la experiencia relatada en el libro de Frankl.